Internet puede ser usado de diversas
formas, siendo una de ellas la movilización popular. No obstante, en
países con regímenes dictatoriales como China, Cuba o Irán, estos
movimientos sociales pierden fuerza cuando la red es controlada.
Muchos establecen un paralelismo con el
control ejercido por los gobiernos occidentales sobre ciertos
aspectos de la red, comparando sus actuaciones con las de los países
nombrados anteriormente. Como ejemplo de lo dicho podemos hablar de
Estados Unidos y Francia, que han protagonizado acciones de censura
contra determinadas páginas, especialmente contra portales piratas y
yihadistas.
No obstante, aquellos que establecen
esa comparación están completamente equivocados, al situar en un
mismo plano ambos casos. Mientras los gobiernos democráticos
obstaculizan en ciertos aspectos la descarga gratuita de contenidos,
son incapaces de limitar el libre razonamiento del individuo,
existiendo gran cantidad de blogs y páginas web que así lo
constatan.
Por otra parte, los países con
dictaduras no sólo restringen las descargas con respecto a Internet,
sino también lo referente a la libre circulación de las ideas.
Muestras de ello lo dan las frecuentes noticias que muestran la
censura de las autoridades comunistas chinas contra cualquier página
contraria al régimen o simpatizante de otros sistemas.
Acorde al papel de los medios de
comunicación, es importante destacar el papel de la telefonía móvil
con respecto a la movilización popular, no sólo a nivel nacional sino también internacional. El teléfono es la única vía que
tienen iraníes, chinos y sirios para mostrar a la comunidad
internacional la continua vulneración de sus derechos y el grado
represivo que sufren. También cabe destacar el papel de los
smartphones en los disturbios de Londres el año pasado, siendo
necesario el control de los servidores por parte de la policía para
conocer los movimientos de aquellos que usaron la violencia para
hacer oír su voz.
No obstante, el papel de las nuevas
tecnologías es diferente en cada sociedad, influyendo sobremanera en
su desarrollo, pudiendo ser usadas con diferentes grados de
responsabilidad. Para entender lo expuesto anteriormente, es
necesario comprender que Internet es la mejor vía que tienen los
pueblos dictatorialmente sometidos para hacer oír su voz, conocer la
realidad de otros países y gozar de libertad de
conciencia. Es por ello que Internet sirve de base para poner de
acuerdo a las masas, siendo unos pocos los suficientes para
transmitir esas ideas democráticas al resto.
Es cierto que en países totalitarios
las revoluciones se ganan mediante manifestaciones y lucha en la
calle, pero este concepto no es aplicable al desarrollo de la vida
política, ciudadana y democrática de los países occidentales,
incluyendo por lo tanto a España. Es decir, cabe rechazar cualquier
uso de la violencia para lograr cambios en nuestro país, teniendo
muy presente la responsabilidad a la hora de usar los medios de
comunicación.
Acorde a lo anteriormente dicho,
subrayo la irresponsabilidad de ciertos sectores de la izquierda,
que alientan la movilización popular y obstaculizan ciertas medidas
necesarias; olvidando o pareciendo querer olvidar su culpabilidad en
lo que ha provocado la situación en la que estamos. En ningún
momento reniego del derecho a manifestarse otorgado por la
Constitución, a lo que sí me opongo es a la utilización de esa
movilización popular para fines políticos, partidistas e
hipócritas.
Lo ideal sería que todas las
corrientes ideológicas adquirieran una concepción responsable de la
importancia de los medios de comunicación en el desarrollo de la
vida ciudadana; es decir, el rechazo a cualquier clase de
manipulación, existiendo ésta en muchos de los ámbitos del
desarrollo individual; pudiendo no ser sólo la televisión o la
prensa, sino también la Educación convertida en una herramienta del
adoctrinamiento.
Ciertas polémicas han estado
relacionadas con el control estatal de los medios de comunicación,
como por ejemplo la decisión del actual gobierno de purgar la
dirección de RTVE, lo cual ha provocado la ácida crítica de la
oposición. Pero es aquí donde se aprecia la hipocresía, planteando
con ello una serie de cuestiones:
¿Cuándo ha sido independiente RTVE?
¿Lo ha sido alguna vez? ¿No sabe la oposición que el gobierno ha
hecho esto basándose en un mecanismo aprobado por el anterior
ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero? ¿Olvidan los
socialistas su colaboración con el grupo PRISA?
No obstante, mi planteamiento va más
lejos, preguntándome si existe alguna posibilidad de obtener
información pulcra y no adulterada. Defiendo que las televisiones
privadas sean la única manera de encontrar cierta información
imparcial y no gubernamental; por lo que apoyo la privatización de
las televisiones públicas, en especial las autonómicas, cuyo gasto
infinito podría invertirse en otros servicios públicos más
necesarios, como la Sanidad y Educación.
Como conclusión, quiero dejar claro
que la democracia posibilita una serie de herramientas para su propia
mejoría, e incluso para cambiar la vida política y social. Todo lo
que conlleve violencia únicamente contribuirá a la degradación de
un sistema que tanto esfuerzo costó a generaciones pasadas y
personalidades como Adolfo Suárez, el presidente de la Transición.
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