domingo, 26 de junio de 2011

¿Hasta dónde llegaremos?


La situación en el País Vasco es cada vez más negra. Bildu domina algunas alcaldías de Euskadi y ha puesto en marcha su plan “independentista”, empezando por retirar el cuadro del monarca Juan Carlos I del consistorio de San Sebastián alegando que “no representa a la mayoría de los donostiarras”.

En un mismo sentido, ésto demuestra el carácter antidemocrático del brazo político de ETA, ya que Bildu  tiene 7 concejales de 27 en San Sebastián  y no ha contado con la opinión del resto de formaciones políticas.

El siguiente paso ha sido plantear la disminución de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado (Policía Nacional, Guardia Civil y FFAA) presentes en el País Vasco, alegando la vital importancia que tiene este paso para lograr uno de los objetivos de Bildu: la soberanía nacional de Euskal Herria.

Muchas personas justifican estas acciones dentro de la legalidad democrática, es decir, se han presentado con unas ideas y el pueblo vasco les ha votado. Pero, ¿realmente Bildu debe de estar presente en la vida política de nuestro país? ¿Bildu es totalmente independiente de la banda terrorista ETA? ¿Erró gravemente el Tribunal Constitucional al permitir la presencia del partido independentista en las elecciones autonómicas?

Es un cáncer para la política nacional la existencia de este tipo de partidos, asimismo es difícil demostrar que Bildu no esté relacionada con ETA, si no que se lo pregunten al etarra Andrés Errandonea Arruti, que posó con una pancarta a favor de Bildu tras salir de prisión. ETA coaccionará y Bildu será quien recoja los votos y esa unión es lo más dañino que puede haber para nuestra democracia.

Aludiendo a la última pregunta que formulé, está claro que el Tribunal Constitucional ha tomado una decisión muy equivocada y no entiendo los motivos de su fallo. No es lógica esa decisión, habiendo declarado el Tribunal Supremo que: “Bildu ha respondido a las exigencias de Batasuna en un proceso auspiciado en última instancia por la misma ETA”.Otro aspecto destacable es la inacción del gobierno de Zapatero para hacer frente a la situación, como viene siendo habitual.

La estrategia adoptada por la heredera de la ilegalizada Batasuna es común a todas aquellas ideas extremistas, desde el nazismo al comunismo. Se basa en la utilización del sistema democrático para precipitar su caída y ver facilitadas unas aspiraciones que utiliza como herramienta medios poco democráticos. Es decir, destruir el sistema desde dentro.

viernes, 24 de junio de 2011

La Guerra Franco-prusiana de 1870


A mediados del siglo XIX la actual Alemania era un conjunto de pequeños estados independientes y de poco peso político, a excepción de Prusia, cuya victoria sobre Austria permitió en 1866 la creación de la Confederación de la Alemania del Norte, un preámbulo de la moderna Alemania.

Francia veía esta unificación como un peligro para sus intereses, cosa que era cierta, por lo que la relación entre ambas potencias dio paso a una serie de tensiones. El canciller prusiano Otto Von Bismarck también veía en Francia un enemigo para sus intereses y consideraba inevitable un enfrentamiento con áquella para lograr la hegemonía continental. Todo ello llevó a que estallara el conflicto armado en 1870, siendo el motivo un incidente diplomático de poca importancia.

Los franceses convencidos de su superioridad militar avanzaron hacia la frontera germana, contando para ello con un ejército profesional de 270.000 soldados. Por otra parte, Prusia movilizó para su defensa a 400.000 hombres, la gran mayoría de ellos procedentes del sistema de reclutamiento. Contra lo que cabía esperar, los prusianos supieron defenderse y tomar la iniciativa, dejando al ejército del mariscal francés François Achille Bazaine en una situación comprometida.

El campo atrincherado de Metz se convirtió en el bastión del ejército de Bazaine, ya que fue capaz de resistir las acometidas prusianas. Mientras tanto, un ejército al mando del general Mac Mahon fue al rescate de los franceses atrincherados en Metz. No obstante, los prusianos tenían conocimiento de este movimiento y le cortaron el paso a Mahon, que no tuvo más remedio que retirarse a Sedán. Al igual que habían hecho con Metz, los germanos bombardearon la ciudad.

El fracaso francés obligo al emperador Napoleón III a entrar en Sedán para comunicarle a Mac Mahon las intenciones francesas de romper el cerco alemán en Eloing, siendo la operación un rotundo fracaso. Esta última derrota convenció al emperador de que lo más sensato si se querían evitar pérdidas mayores era optar por la retirada. Fueron capturados 419 cañones, 103.000 soldados y el propio emperador.

El conflicto armado que enfrento a las dos potencias tuvo como mínimo tres consecuencias de gran importancia: en Francia la derrota dio paso a un cambio político, inaugurándose la “III Republique française”; en Prusia la victoria permitió la unificación con los estados del sur, creándose una gran potencia a cuyo alrededor giraría la política europea hasta nuestros días; y el último aspecto importante de la victoria alemana fue la demostración de la superioridad numérica contra un pequeño ejército de profesionales herederos del emperador Napoleón Bonaparte.

Por ello la gran mayoría de los Estados europeos optaron por poner en marcha un sistema de reclutamiento obligatorio, política que se mantendría hasta bien entrado el s.XX. Cabe mencionar otro detalle y es que tras la guerra franco-prusiana del 1870, la caballería pasó a un segundo plano

jueves, 23 de junio de 2011

El sinsentido del Comunismo

Estaba paseando por la céntrica plaza de La Candelaria en dirección a la Calle del Castillo, donde están ubicados los “indignados” tinerfeños. Muy cerca de allí se encuentra la “Cámara de Comercio” de Santa Cruz de Tenerife a cuyas puertas protestaban un grupo de “indignados”. Cuando pasé al lado del grupo, uno de ellos se acercó y me extendió un papel con proclamas del PCPC (Partido Comunista del Pueblo Canario).

Aquello me hizo reflexionar y es que hoy en día la corriente comunista no tiene sentido; esas ideas y sus aún defensores están completamente trasnochados. En el siglo XXI no hay cabida para una ideología que surgió a finales del XIX como reacción a las duras condiciones de vida de los obreros de las fábricas, que pronto pasaron a llamarse “proletarios”. Gracias a muchas de sus reivindicaciones se pudieron lograr una serie de derechos laborales, como pudo ser la reducción de la jornada laboral a 8 horas, la prohibición del trabajo infantil o la jornada de descanso.

En Rusia fue donde esta ideología proletaria rompió con todo el sistema establecido por los zares, un sistema que podemos denominar “medieval”. Allí se produjo una sangrienta revolución que acabó con la inauguración de una dictadura proletaria, donde la élite política comunista ostentaba una serie de privilegios mientras el resto de la URSS pasaba hambre y miserias, sometidos a un sistema en el que el Estado intervenía en todas las facetas de la vida pública y privada.

Tras la Segunda Guerra Mundial, el comunismo continuó imparable atrayendo a su sistema a varios países como China, Cuba, Corea del Norte o Vietnam. A lo largo de la Guerra Fría y en la actualidad ha quedado de sobra demostrado que el sistema socialista no supone el reparto equitativo de la riqueza, sino el reparto equitativo de la pobreza, constituyendo un fracaso en todos aquellos países que lo han tenido como sistema.

Algo a destacar es el doble rasero con el que actúan estos comunistas y es que por una parte critican el sistema capitalista y todo lo que tenga que ver con él (ya sean banqueros o empresarios) pero no dejan de conducir sus “Mercedes” alemanes, de tener sus “iPhones” estadounidenses o ver la hora en un “Swatch” suizo. Si Carl Marx levantará la cabeza seguramente la volvería a enterrar. Los comunistas aprovechan cualquier cosa, esta vez ha sido el movimiento 15-M, para ir en contra del sistema; lo que comúnmente se denomina “subirse al carro”.

El Sistema Capitalista actual no tiene el mismo carácter extremo que en el siglo XIX pero sigue siendo muy competitivo y de supervivencia. No obstante, a pesar de sus desajustes, es el mejor sistema que se ha puesto en práctica, ya que garantiza las aspiraciones y libertades individuales.

domingo, 19 de junio de 2011

Una manera de desculturizar

Escribo este artículo porque desde hace un tiempo me he dado cuenta de que la sociedad está expuesta a una serie de elementos que repercuten negativamente en su educación y cultura. No me refiero a la delincuencia, que debe ser reprimida con mano firme, sino a un determinado medio de comunicación, la televisión. La televisión puede ser de gran utilidad para la sociedad pero también puede llegar a ser un gran foco de violencia, deshonestidad y falta de escrúpulos.

No pretendo atacar la televisión en general, tan sólo aquellos programas como “Sálvame” o “Supervivientes” en los que lo más importante es hundir a la gente y especular sobre ella sin ningún tipo de reparo. Un aspecto a destacar es el ambiente en el que estos programas se desarrollan, me refiero a la falta de cuidado a la hora de emitir contenidos inadecuados en un horario supuestamente infantil. Es cierto que en la actualidad la mayoría de programación, ya sea española o extranjera, utiliza contenidos sexuales explícitos y palabras poco adecuadas, no obstante hay un límite y algunos programas como el anteriormente mencionado “Sálvame” lo superan.

Aquí dejo algunas de las perlas que sueltan los “periodistas” e invitados a las órdenes de Jorge Javier Vázquez: “tú te callas porque das hasta asco oirte”, “para la edad que tienes estás hecha una mierda”, “la Edad Media es el período hasta que los seres humanos hacen la escritura” o “un monumento de la Edad Media: el acueducto de Segovia”. Todas estas citas son de las más suaves que he podido encontrar pero no hace falta buscar mucho, simplemente ver tan sólo 5 minutos del susodicho programa un día en el que no se tenga nada que hacer.

Otro aspecto destacable es como los espectadores que van al programa gritan y aplauden con júbilo a cada bestialidad de los “colaboradores” o “invitados”, como si fueran ciudadanos romanos viendo batirse en duelo a gladiadores y bestias en el Coliseo. A pesar de que sería un alivio para la Educación y la Cultura que programas de este tipo desapareciesen, estamos en un país democrático con libertad de expresión y ello quiere decir que no deben de ser los políticos los que acaben con este tipo de programación, sino los propios televidentes con su libertad al poder cambiar de canal.

miércoles, 15 de junio de 2011

Gibraltar, una injusticia histórica.

A principios del siglo XVIII España se encontraba en una guerra civil provocada por el proceso sucesorio que se había abierto tras la muerte de Carlos II Habsburgo. Dicho rey apodado “el Hechizado” había cedido la corona a Felipe de Anjou, pariente de los Borbones, que era la familia que gobernaba Francia. Las consecuencias de esta llegada al poder suponía una alianza incondicional entre los galos y España, lo cual no era visto con buenos ojos por parte de Gran Bretaña que además de retener su hegemonía marítima no deseaba la aparición de una potencia hegemónica en el continente europeo.

Todo ello dio como resultado que tanto Inglaterra como Holanda presentaran a otro candidato a la corona de España: Carlos de Austria, ésto provocó el estallido de una guerra civil en la que los territorios españoles empezaron a tomar partido por uno u otro candidato.

Hasta el 4 de agosto de 1704 Gibraltar, posicionada a favor de Felipe, seguía siendo una plaza española, no obstante fue objeto de un ataque por parte de una escuadra angloholandesa de 61 naves al mando del almirante George Rooke. Tras el envío de una serie de misivas entre los defensores gibraltareños y los invasores, negándose los primeros a rendir la plaza, comenzó el bombardeo inglés. Posteriormente ingleses y holandeses desembarcaron en Gibraltar obligando a la rendición de una escasamente defendida plaza.

Aquí es donde debemos señalar un detalle clave en la historia del peñón y es que, en teoría, los aliados del archiduque Carlos tan sólo tomaban posiciones estratégicas en territorio español a favor del pretendiente austriaco, no obstante el almirante Rooke no hizo la toma de posesión de la plaza en nombre del candidato a la corona sino de la reina Ana Estuardo.

Evidentemente no se hizo esperar la reacción felipista y en septiembre de ese mismo año se intentó recuperar la plaza, siendo la operación un estrepitoso fracaso. Gibraltar siguió bajo dominio inglés tras la firma del Tratado de Utrech que ponía fin a la cruenta guerra civil; en dicho tratado se reconocía al pretendiente francés Felipe de Anjou como rey de España y las Américas (pasando a ser Felipe V), a cambio de este reconocimiento, Menorca y Gibraltar se convirtieron en colonias británicas. Por otra parte cabe destacar la existencia de una cláusula en la que se establecía que si en algún momento la plaza y fortaleza de Gibraltar dejaba de pertenecer a la corona británica, España tendría preferencia a la hora de la transacción.

A partir de ese momento comenzaron los abusos de las autoridades inglesas, por ejemplo podemos destacar el comportamiento de Jorge I de Inglaterra en la firma del Tratado de Madrid en 1721, cuyas negociaciones preliminares plantearon la devolución incondicional de la plaza gibraltareña. No obstante, a la hora de firmar el tratado, las promesas inglesas quedaron en agua de borrajas.

Otro claro ejemplo del abuso de los británicos fue el constante aumento territorial inglés al ocupar éstos zonas alrededor del peñón, las cuales no figuraban en el Tratado de Utrech. Tampoco ha sido la primera vez que aprovechándose de las buenas intenciones españolas los británicos amplían los límites de la colonia (fiebre amarilla de 1815 y construcción de una verja metálica en 1908).

Por una serie de factores, ya fuera por el pequeño tamaño de la colonia o por las restricciones de las autoridades españolas, Gibraltar era incapaz de automantenerse por lo que una de las actividades económicas que más beneficios reportaba era el contrabando. Incluso en este sentido los ingleses continuaron con una actitud arrogante llegando incluso a informar a la delegación española en Londres de que los navíos ingleses dedicados al contrabando irían armados para defenderse de los guardacostas españoles.

A pesar de todo no podemos decir que hubiera pocos ingleses contrarios a retener la plaza española. Muestra de ello nos lo dan numerosos intelectuales y políticos: en 1856 sir Robert Gardiner preguntaba “¿Cuáles deben ser los sentimientos de todos los españoles con esa noble roca a la vista siempre, ocupada por extranjeros?”; más tarde en 1862, John Bright comentaría “el Peñón de Gibraltar fue tomado y retenido por Inglaterra cuando no estábamos en guerra con España y su apropiación fue contraria a todas las leyes de la moral y el honor”; en 1951 William Atkinson señaló que “Inglaterra se ha comportado en la situación de Gibraltar añadiendo el insulto a la herida”; tres años después Halliday Sutherland afirmaba que “la toma de Gibraltar en 1704 fue un acto de piratería” y en 1966 Arnold Toynbee preguntaba “¿Le agradaría al pueblo británico ver una fortaleza rusa o china en Land´s End o en las islas del Canal?”.

Inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial y en la década de los 50 se inició un proceso descolonizador que afectó a casi todas las colonias que aún mantenían las potencias occidentales (especialmente Reino Unido y Francia). Para evitar por todos los medios que Gibraltar entrara dentro de este movimiento, el gobierno inglés puso en marcha una repoblación que fue duramente criticada incluso en la metrópoli. A pesar de las estrategias británicas, la Organización de las Naciones Unidas declaró en 1964 que la idea de conceder la independencia a los países y los pueblos colonizados incluía a la propia Gibraltar.

Por tanto, podemos afirmar que la última colonia inglesa se encuentra en Europa, dentro del territorio peninsular español. Así mismo, es clave destacar que los gibraltareños son tratados como ciudadanos de segunda clase en las Islas Británicas, es decir, un habitante de las antiguas colonias (hoy países independientes como La India) tiene más facilidades para establecerse en Reino Unido que un gibraltareño.

La recuperación de Gibraltar es una meta que en estos tres siglos se han propuesto todos los gobiernos que han tenido las riendas de España, no obstante parece que últimamente ese sentimiento se ha estancado y las causas de ello están en la cada vez más precaria situación de los españoles en la escena internacional. ¿Cómo puede ser que la Guardia Civil sea acosada en sus propias aguas por la Royal Navy cuando persiguen contrabandistas? ¿Por qué no es capaz José Luis Rodriguez Zapatero de dar un golpe encima de la mesa?

Es increíble ver como la Guardia Civil es ninguneada en nuestras aguas y el gobierno no sea capaz de arrancar ni tan siquiera una disculpa por parte de los ingleses. El problema gibraltareño siempre estará ahí por mucho que el gobierno socialista haga la vista gorda y si nuestros aliados ingleses desean tener una relación plena con los españoles, deben de corregir una injusticia histórica.

domingo, 12 de junio de 2011

¿Dónde queda el deseo de los ciudadanos?

En las pasadas elecciones autonómicas canarias, el Partido Popular dejó de ser la tercera fuerza política para convertirse en la primera; superando en número de votos a Coalición Canaria y al Partido Socialista. No obstante, el número de diputados de las fuerzas más votadas (PP y CC) pasó a ser el mismo. Se abría entonces una batalla por saber que pactos se establecerían para poder nombrar un nuevo presidente. Finalmente, tras unos días de incertidumbre, Coalición Canaria volverá a gobernar otros cuatro años más gracias al apoyo que tendrán de los socialistas.

Ésto se veía venir y refuerza lo que escribí en el anterior artículo, es necesaria una segunda vuelta. No entiendo como el partido más votado puede quedarse sin gobernar, bueno lo entiendo en el sentido de que lo que menos importa a estos políticos son los ciudadanos. Me reafirmo en mi teoría de que muchos políticos no tienen ni memoria ni decencia, ya que por seguir disfrutando de los privilegios que tienen son capaces de aferrarse al poder hasta el último instante.

Está claro que hay muchos políticos honrados pero no representan una mayoría en la idea de la gente. Por ello es necesario que éstos auténticos políticos sean los que tengan las riendas de los gobiernos; políticos que sepan cuando ha llegado el momento de dejar el poder; políticos que sepan aceptar la decisión soberana y no intenten por cualquier medio perpetuarse legislatura tras legislatura. Un ejemplo de ello lo vemos en el presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, que ignora las continuas proclamas de un país que no lo aguanta más mientras el se dedica a hacer de todo menos irse.

Creo que el siglo XXI depara muchísimos retos y será el momento en el que deban aparecer grandes líderes honestos y comprometidos capaces de superar las dificultades y vean en personajes como Wiston Churchill modelos a seguir, ya que tal vez no les toque levantar a su pueblo durante un gran conflicto internacional pero que si tendrán que hacer frente a problemas económicos cada vez más graves y a una delincuencia cada vez mayor. Tal vez todo ésto que escribo sea una utopía o a lo mejor es que soy demasiado joven e idealista pero son mis ideas.