viernes, 6 de marzo de 2009

Educar en valores



Los padres y madres, y la sociedad en general, están cada vez más preocupados por los comportamientos y actitudes de los niños y jóvenes. El consumo de drogas, la violencia, la falta de respeto, el acoso a los compañeros, sin olvidar los malos resultados académicos nos llevan a pensar en una pérdida de unos valores fundamentales.

Aunque estos problemas pueden estar causados por cualquier tipo de cosas, está claro que la familia tiene un papel fundamental en la resolución del problema, de la formación de la personalidad de los jóvenes.

¿Qué son los valores?

Los valores son elementos centrales en el sistema de creencias de personas y se relacionan con estados ideales de la vida. Responden a nuestras necesidades. Nos proporcionan criterios y reglas para relacionarnos con lo que nos rodea, desde personas al medio ambiente, sin olvidarnos del trato a nosotros mismos.

En el desarrollo de la persona está como base la familia, que además de ser la gran transmisora de estos valores en ella se comparte un proyecto vital en el que se da un compromiso emocional; se ofrece un contexto de desarrollo de las personas, sean hijos, padres o abuelos, y posibilita un encuentro intergeneracional, y sin duda es una red de apoyo para las crisis y los problemas actuales.

La familia es la institución cuya función principal es responder a las necesidades básicas y más complejas del futuro adulto y su desarrollo psíquico. Los investigadores apuntan a que el modelo de autoridad recíproca es el mejor para favorecer este crecimiento en todas las áreas. La familia ha sufrido cambios importantes desde 1970, por ejemplo el cambio de roles entre hombres y mujeres, los padres actuales tienden a enseñar en una base de libertad en la que se da más importancia a la comunicación, el diálogo, el respeto y la tolerancia. Se ha cambiado poco a poco la rígida separación entre los roles de mujer y hombre.

En la familia se construye la identidad y constituye el primer paso importante hacia la cultura, la organización del sistema de valores, la manera de pensar y de comportarse de acuerdo a la pertenencia cultural. De cualquier forma, más allá de la estructura, la historia, la cultura y la composición de la familia, sus funciones principales siguen siendo las mismas: favorecer las relaciones y las condiciones necesarias para que los hijos maduren en el respeto hacia si mismos y los demás.

Ésto es una adaptación de "Carpetas para el diálogo y la reflexión en familia" de la Inspectoría de María Auxiliadora.