viernes, 27 de abril de 2012

El Clásico y un posible cambio de ciclo


Contra todo pronóstico, el equipo de José Mourinho logró sentenciar la Liga ante el eterno rival; además, rompió en campo enemigo una racha que se estaba prolongando demasiado. Cada vez que los blancos se enfrentaban al Barcelona, los primeros eran derrotados por un rival superior en calidad y técnica, dando una imagen pésima y sin identidad.

La esperanza depositada en las victorias previas al Clásico se desvanecían cuando ambos equipos medían sus fuerzas. Tras cada derrota, comenzó a aflorar cierto pesimismo con respecto a la identidad de la institución; nutriéndose no sólo de cada fracaso, sino también de la violencia y agresividad que se respiraba en cada encuentro.

Dicho comportamiento decadente era claro ejemplo de lo que no se debía hacer, siendo la receta perfecta para dinamitar la imagen y prestigio del club; achacando cada derrota a errores arbitrales e incluso llegando a hablar de conspiraciones, teorías absolutamente ridículas bajo mi punto de vista.

Como consecuencia de esto, no dudé en hablar de la “decadencia del Madrid”. No obstante, la victoria ante el Barça en la final de Copa del Rey 2011 y este último triunfo en el Camp Nou me han devuelto la ilusión. No sólo porque el Madrid haya sido capaz de neutralizar el juego de toque del Barça, sino porque ha dado la imagen correspondiente a un club de su categoría.

Mourinho parece que ha logrado neutralizar al Barça y en especial a su joya más preciada: Leo Messi, quien apenas tuvo un papel relevante en el desarrollo del partido, anulado por una defensa concentrada y sin fisuras. El Madrid planteó su estrategia, supo llevarla a cabo y jugó su partido, ante un Barça fiel al juego que lo ha llevado a la cima mundial en los últimos años.

Por otra parte, aquel del que se decía que su “chulería” era proporcional a su “invisibilidad” en los partidos importantes, anotó el gol que sellaba la superioridad madridista; sin olvidar su destacado papel en la final de  Copa del Rey 2011; siendo autor además de los dos goles anotados contra el Bayern en semifinales de la Champions, los cuales hicieron soñar a los blancos durante más de 90 minutos. Por lo tanto, comienzan a perder credibilidad los defensores de esta teoría.

La victoria de los blancos puede ser el inicio de un nuevo ciclo, previa desaparición de los complejos y negatividad que les acompañaba en cada Clásico. Los madridistas han dado un golpe de autoridad al adjudicarse prácticamente la Liga en casa de su inmediato perseguidor; reforzando de manera sobresaliente su autoestima.

Por el momento, el Madrid no tomará el relevo del club catalán en el ámbito europeo; aunque los jugadores pueden y deben estar orgullosos del papel jugado en la semifinal de la competición continental. Por otra parte, también cabe la posibilidad de que lo expuesto anteriormente sea un espejismo y, verdaderamente, el fin de la hegemonía culé esté lejos; sólo con el tiempo lo sabremos.  

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