sábado, 23 de junio de 2012

Crítica a panfleto socialista, segunda parte.


Posteriormente, el autor nombra ciertos conceptos fundamentales asociados al planteamiento de izquierdas: “separación plena entre el Estado y cualquier confesión religiosa o monárquica”, “lucha por la igualdad entre residentes, foráneos y no creencia en las fronteras”, “la repatriación supone un insulto a la democracia y los derechos civiles”; y “un contrato de trabajo no puede negociarse íntegramente por empresario y trabajador; hay que garantizar un empleo y el cumplimiento de los derechos de los trabajadores por el que el empresario no pueda despedir y hacer lo que quiera cuando quiera con los empleados”.

En primer plano, el autor olvida consciente o inconscientemente la separación entre el Estado y otros tipos de confesión; es decir, no sólo religiosas o monárquicas, sino también militares y sindicales, siendo muy poco nítida la separación entre estas últimas y el anterior Gobierno. En segundo término, es injusto que un foráneo tenga los mismos derechos sociales que cualquier residente que haya cotizado y pagado sus impuestos religiosamente. Eso no impide sensibilizarse con la situación de los inmigrantes, pero debemos ser más sensibles con aquellos que más contribuyen al mantenimiento del Estado de bienestar.

En un mismo sentido, la repatriación no supone un insulto a la democracia, simplemente es la consecuencia lógica del incumplimiento de leyes que van encaminadas al desarrollo de una inmigración controlada y responsable.

La relación entre trabajador y empresario merece una crítica más amplia y mejor argumentada; para empezar, en España existe una visión muy negativa de lo que supone ser empresario. Es decir, muchos opinan que seguimos en el s.XIX con respecto a materia laboral, apoyando sus teorías en la última Reforma Laboral, que según ellos aumenta el poder del empresario explotador y cuyo único beneficiado es la élite empresarial.

Con ello, la izquierda irracional pretende situar en un mismo plano a las grandes empresas, las PYMES y los autónomos; ignorando o tal vez queriendo ignorar que los principales beneficiados de la reforma laboral son los dos últimos, que suponen el 95% del tejido productivo nacional. Los detractores se apoyan en el abaratamiento del despido, sin embargo ignoran que la reforma consta de 13 puntos más; y que realmente nuestra tasa de desempleo no está relacionada con nuestra legislación laboral.

Quiero decir con ello que con una legislación laboral mucho más estricta, España no ha podido evitar una tasa de desempleo superior al 24%; mientras que otros países europeos como Austria, con un marco laboral mucho más flexible, tienen una tasa de desempleo inferior al 8%.

Además, cada empresa es un ecosistema en sí mismo, no pudiendo en muchas ocasiones cumplir con los convenios sectoriales; por lo que a veces al empresario no le queda más remedio que la negociación directa con los trabajadores, especialmente cuando la empresa se encuentra al borde de la quiebra.

Por otra parte, el autor del artículo pierde totalmente el contacto con la realidad cuando pone como ejemplo a seguir algunos países de América Latina, donde “tienen gobiernos de izquierda por las políticas que están llevando a cabo”; posteriormente, el autor acusa a los medios de comunicación occidentales de “manipular” la información para que las políticas de Hugo Chávez parezcan populistas e incluso dictatoriales.

En primer lugar, la presidencia de Hugo Chávez entra en conflicto con el primer punto del programa que debe tener cualquier formación de izquierdas, y es que el mandatario venezolano no deja de ser un militar. Por lo tanto, ¿Dónde queda esa esa separación plena entre el Estado y cualquier otro tipo de formación? ¿Realmente distorsionan la realidad los medios de comunicación occidentales? ¿No se acuerda el autor de las nacionalizaciones a las que ha sometido Chávez a algunas cadenas televisivas venezolanas?

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