El pueblo español ha
sido convocado a las urnas el próximo 26 de junio, tras el fracasado intento de
formar Gobierno tras las elecciones del 20 de diciembre. Aunque PSOE y C´s
lograron llegar a un acuerdo de mínimos para evitar el bloqueo institucional,
el mismo no convenció al resto de formaciones políticas. En consecuencia, tanto
el PP como Podemos votaron en contra de la investidura de Pedro Sánchez como Presidente
del Gobierno de España.
Lo sucedido no sorprende,
claramente la época del bipartidismo ha terminado y nos encontramos ante un
Parlamento enormemente fraccionado. Por tanto, la formación de Gobierno será
sumamente complicada, especialmente debido a la disparidad ideológica de las
cuatro principales fuerzas políticas. Resulta muy interesante la situación en
que se encuentran dichas fuerzas, las cuales deben actuar prudentemente y gestionar
los eventuales pactos electorales conforme a sus principios ideológicos y las
necesidades de la nación.
Respecto al Partido
Popular, Mariano Rajoy es el máximo responsable de todo lo ocurrido desde 2011.
Entender la política en clave exclusivamente económica, la ausencia de
comunicación y la corrupción sistemática son las causas de la presente situación
de disgregación política. La transición entre alcanzar una mayoría absoluta
aplastante y, a los cuatro años no obtener ni la sombra de dicho resultado, es
un enorme fracaso. El PP tiene la suerte de ser el único situado en el centro
derecha, pues de lo contrario podría haber sido víctima de un trasvase de votos
aún mayor.
Los populares no
conseguirán formar gobierno si no se replantean ciertos posicionamientos,
aunque sean la lista más votada. En este sentido, tal vez Rajoy deba dimitir si
con ello facilita la formación de un gobierno de coalición, o corregir ciertas
decisiones puntuales de enorme trascendencia, como el aforamiento de la señora
Barberá. Es necesaria una auténtica regeneración del PP que devuelva la
confianza a la ciudadanía y sitúe a los conservadores en una posición reforzada
para poder negociar la formación de gobierno.
En cuanto a C´s, una de
las nuevas fuerzas políticas, las encuestas de las anteriores elecciones
llegaron a situarlo en tercera posición, e incluso en segunda. Finalmente eso
no ocurrió, quedando como cuarta fuerza política a cierta distancia del PSOE y
Podemos, lo cual no deja de ser un buen resultado. La opinión pública y la
izquierda le han acusado de ser escudero de los populares, alegando que su
programa electoral constituye una copia del de aquellos, y situándolo en el
espectro político de la derecha. Por otra parte, los populares han lanzado las
mismas acusaciones en sentido inverso.
Las acusaciones de la
izquierda no son del todo justas. Rivera ha tendido puentes con el PSOE antes
que con el PP, proponiendo un modelo socio-económico distinto y defendiendo la
legalización de ciertas drogas, la eutanasia y la regulación de la
prostitución. De lo anterior no se desprende ningún tipo de conservadurismo.
Ciudadanos puede ayudar modestamente y dentro de sus posibilidades a la
formación de un Gobierno de mínimos, habiendo demostrado que apuesta por la
estabilidad y unidad. Ahora bien, su insuficiente mayoría parlamentaria, la elección
del socio incorrecto, la intención de agradar a todo el mundo y su excesiva
moldeabilidad contribuyen a que C´s no sea una alternativa completamente creíble.
No hay comentarios:
Publicar un comentario