martes, 13 de enero de 2009

Julio César


Fue el militar más admirado de su época y actualmente muchas de sus estrategias en batallas siguen siendo foco de estudio y análisis.

Los logros de Julio César estaban, evidentemente, orientados a ensalzar la figura de Roma, todavía sin ser Imperio, pero además luchaba para escalar posiciones en la vida social, política y militar en el mundo conocido.

El éxito de Julio César en la historia de su país se cimenta en tres bases: su extraordinario valor personal, que le llevaba a ponerse en primera línea de batalla, su relación con sus soldados, que se mostraban dispuestos a seguirle hasta el mismísimo infierno si hubiera sido necesario y su obsesión de tomar decisiones que antes nunca se le habían ocurrido a nadie o lo que es más importante, llevarlas a cabo.

Pondré de esas bases ejemplos: una vez llegó a disfrazarse de galo para atravesar las líneas enemigas y que en una ocasión sustrajo de un navío de guerra enemigo unos papeles importantes, lo peor fue que cayó al agua y que tuvo que nadar hasta su propio barco con los papeles en alto para que no se le mojasen. También es de subrayar el que muchas de sus batallas y campañas las escribió él, en tercera persona, y en la medida de lo que cabe, de manera imparcial.

Para levantar la moral de los soldados César los equipaba (cuando era posible) con armas guarnecidas de oro y plata, los mantenía desinformados para que cuando llegase el momento de ponerse en marcha estubiesen en tensión para cualquier imprevisto, también sabían que si luchaban fieramente y realizaban hazañas serían recompensados. César sabía también aparecer el momento oportuno como por ejemplo en el asedio de Alesia, donde apareció en el último momento luchando junto a sus soldados y en gran parte gracias a ésto consiguió ganarle a los bárbaros.

Imaginense si era querido que incluso llegó a tener un ejercito que sólo le servía a él y al cual le sacó el máximo partido en la guerra civil contra Pompeyo.

Pero no todo el mundo es perfecto, incluido Julio César, quiero decir que hubo ocasiones en las que la lealtad al general romano fue cuestionada, un ejemplo de ello nos lo muestra la batalla con el germano Ariovisto, en la cual fue tal el pánico que los conquistadores romanos le tenían a los salvajes germanos que huyeron del campo de batalla, habría sido un desastre completo si no hubiera sido por la diplomacia y oratoria que César tuvo con sus hombres, en la cual apeló a la fibra sensible de los que estaban a su mando diciendo: "Me enfrentaré a los enemigos sólo con la X Legión, de una infidelidad inquebrantable". Ya que hablamos de la X Legión contaré otra historia sobre las decisivas palabras que el César siempre tenía con sus militares. La legión del general reclamó su licenciamiento en medio de grandes amenazas, Julio se presentó sólo ante la legión y se dirigió a ellos llamándolos "ciudadanos" lo cual hizo que le siguieran hasta el fin de sus días.

No hay comentarios:

Publicar un comentario