jueves, 24 de noviembre de 2011

España ha hablado


Como anunciaban todas las estadísticas, el PP ha logrado el mejor resultado de su historia (186 escaños) frente al peor PSOE en 30 años de democracia (110 escaños). Aquél que perdió dos veces (2004 y 2008) es ahora presidente del gobierno. Tendrá que hacer frente a los acuciantes problemas que azotan España y que el partido saliente no ha sabido hacer frente. Rajoy tendrá que combatir una crisis económica de escalas bíblicas, luchar contra la mayor tasa de desempleo de Europa y sanear las cuentas públicas del Estado.

El Partido Popular tiene que afrontar muchos otros problemas que no están relacionados con la economía y el empleo, como por ejemplo la vuelta de ETA a la vida parlamentaria, la politízación de la Justicia, el bajo nivel de la Educación o la estructuración de la política exterior.

La trayectoria que llevamos y a la que nos dirigimos ha hecho que el pueblo español hable a favor del cambio, han dado carta blanca a Rajoy para que tome las medidas que estime oportunas, sin la segura oposición del Partido Socialista y partidos menores. Los milagros en política son difíciles pero aún así los españoles han dado un voto de confianza al Partido Popular, el cual no debe eludir la gran responsabilidad que le ha sido asignada. El pueblo español ha hablado y se ha manifestado en las urnas.

Por otra parte mucha gente ve en la obtención de la mayoría absoluta un peligro para la democracia , la pregunta que se plantea es: ¿En tiempos de crisis, en el que se deben tomar decisiones difíciles, es necesario o aconsejable que el partido gobernante sea capaz de sacar adelante las reformas y leyes que el país necesita a través de la mayoría absoluta? ¿Es realmente un problema que el partido entrante acumule tanto poder constitucional?

Es importante subrayar que aún queda mucho camino que recorrer para que España llegue a ser una auténtica democracia, no es un camino fácil pero podemos conseguirlo. Para ello es indispensable que la gente no rechace el derecho a votar que le otorga la Constitución, que la juventud se interese en política y que, en general, la población se vea respaldada por la clase política (sea de la ideología que sean).

Es una mala noticia que la participación haya sido inferior con respecto a la de 2008, refleja el razonable descontento de la población con la clase política. El pueblo tiene que confiar en los políticos, para ello deben ser estos los que den ejemplo desde un primer momento, que sean los que más trabajen y más esfuerzo realicen por el país.

Un ejemplo claro de lo que no se debe hacer se está dando en Cataluña: Artur Mas planea poner en marcha, entre otras cosas, un sistema de copago sanitario, la reducción del salario público y la elevación de las matriculas universitarias. ¿No debería primero el señor Artur Mas suprimir las embajadas nacionalistas catalanas en el resto del mundo? ¿No sería recomendable en primer lugar que el señor Mas rebajase su sueldo y el de los demás miembros del Govern?

domingo, 13 de noviembre de 2011

El debate electoral y la carrera al 20-N

Primero, me gustaría decir que la puesta en marcha de debates electorales entre los principales partidos de la vida política española es una costumbre que no debemos perder, porque supone la consolidación de nuestro sistema democrático.

 No obstante, hay una serie de cuestiones que merecen ser objeto de debate y es que si se llevaran a cabo lograrían hacer de España un país plenamente democrático. Para mí no hay lugar a dudas, el ganador del debate fue el líder de la oposición Mariano Rajoy, cuya victoria sobre el PSOE vaticinan todas las estadísticas, siendo la peor derrota sufrida por los socialistas, que se hundirían en el Congreso y quedarían muy tocados en sus feudos electorales. La victoria de la derecha sería absoluta en todo el país, a excepción de Cataluña y País Vasco.

Para empezar, la perspectiva desde la que abordo Rubalcaba el debate fue errónea, dando por asegurada la victoria de su contrincante, pareciendo en vez de un debate electoral una sesión de control al gobierno. Al contrario de lo que piensan algunas personas,  Rajoy contestó todas las preguntas que se le plantearon e incluso fue capaz de contraatacar.

Es cierto que Rajoy cometió errores imperdonables, por ejemplo el estar continuamente mirando sus papeles, ¿Es que el líder de la oposición necesita ver los papeles que tiene sobre la mesa para dar el pésame a los familiares del militar español fallecido en Afganistán? ¿No sabe el señor Rajoy que da poca seguridad el estar continuamente guiándose por lo que tiene escrito? ¿No se sabe el líder de la oposición su programa electoral? Puede que lo anteriormente preguntado se deba al miedo que tenía Mariano Rajoy de equivocarse o decir algo incorrecto pero debió de haber estado más seguro y haber transmitido más seguridad.

Por otra parte hay que decir que el PSOE se ha vuelto a retratar una vez más, sin temblarle un solo músculo del rostro al señor Rubalcaba cuando dijo ante cámara una serie de afirmaciones, que cualquiera que lea o se informe un poco sabe de su verdadera naturaleza: “España goza de la mejor posición en Europa de su Historia” o “El gobierno no le ha dado dinero público a los bancos”.

Ciertamente la mayor parte del debate la ocuparon los temas que más preocupan a los españoles, como son el paro y la economía, no obstante eché de menos que se abordaran otros asuntos como por ejemplo el “fin” de ETA, la toma por parte de Bildu de numerosos ayuntamientos vascos o el problema de la corrupción. Con ésto quiero decir que hay otros muchos problemas que no están relacionados con la economía y que España necesita resolver urgentemente.

No quiero acabar el artículo sin incluir una reflexión sobre la clase política de nuestro país, la cual se encuentra claramente en decadencia y es vista con muy malos ojos por una gran parte de la ciudadanía. Ciertamente existen motivos para esta decadencia y es que la clase gobernante española debería plantearse un cambio, una revolución. Necesitamos políticos preparados, con conocimientos de lenguas (es una vergüenza ver al presidente del gobierno con un traductor en las cumbres internacionales), con valores y se comprometan (lo que no está en mi programa no lo llevo a cabo), sin olvidar que deben dar ejemplo a la ciudadanía, demostrando su preocupación por los problemas que azotan a ésta, empezando por bajarse esos astronómicos sueldos.

Todo ésto es necesario para que el pueblo español empiece a implicarse en política, que vean transparencia en los gobernantes, lo cual dará vida y pureza a nuestra todavía joven e imperfecta democracia.

Pido disculpas por no haber publicado ésto antes pero me ha sido imposible.