El 18 de julio se cumplieron 75 años del estallido de la Guerra Civil Española, un conflicto que dividió en dos a España y la sumió en uno de sus más negros capítulos.
Este artículo no lo quiero enfocar desde un punto de vista histórico sino desde las conclusiones que en mí despierta. Como en muchos sucesos históricos, existe una manipulación y distorsión con fines ideológicos o políticos. En este sentido recordaré una frase de Joseph Goebbels: “Una mentira repetida mil veces acaba convirtiéndose en una verdad”.
Debemos preguntarnos imparcialmente por el motivo de la Guerra Civil. De sobra son conocidas las afirmaciones acerca del carácter poco democrático de Franco o su intención de destruir la República desde sus inicios, pero verdaderamente estas afirmaciones no tienen base sólida. Las cosas no son tan sencillas y es que en España se había puesto en marcha un movimiento revolucionario con perspectivas a una bolchevización. Me baso en actitudes y comportamientos de la izquierda (PSOE, PCE...) fuertemente influenciados desde Moscú.
Cualquiera que niegue que Moscú influyó al gobierno de la República está equivocado y es que socialistas y comunistas, del país que fueran (incluida España), estaban influenciados en mayor o menor medida por la URSS. Esa influencia aumentó con el inicio de la guerra y la búsqueda de aliados por parte de los dos bandos. No pretendo librar de pecado a la derecha pero lo cierto es que el comportamiento de la izquierda tuvo muchísimo que ver con el estallido del conflicto, en contra de lo que actualmente se hace: simplificar el porqué.
Por otra parte, durante la dictadura franquista, los únicos que lucharon abiertamente contra el régimen fueron los comunistas, ni rastro de los socialistas que hoy en día se atribuyen haber combatido a Franco; pretendiendo ganar la guerra después de que éste lleve 30 años muerto.
No pretendo meterme en el fangoso debate de legitimizar a uno de los bandos, simplemente pienso que debemos mirar hacia el futuro, conociendo nuestro pasado pero sin permitir que éste nos impida avanzar. Por tanto, formulo la pregunta de si es conveniente abrir fosas, retirar nombres a las calles, retirar el cuerpo del dictador del Valle de los Caídos...y un sinfín de acciones. Comprendo que los familiares de los fallecidos necesiten saber dónde están enterrados sus parientes pero ¿es necesario levantar tanta polvareda? ¿detrás de todo ésto se oculta un intento de retroceder a 1936?
Me siento en la obligación de repetir algo que ya he escrito y es que tal vez la instauración de una república no sería dañino para España, lo dañino para España sería la mala utilización de ese sistema. No creo que mi afirmación carezca de sentido, teniendo en cuenta pasadas experiencias.
Como reflexión final, lo peor a lo que puede llegar un país es un conflicto civil que enfrente a compatriotas simplemente por diferencias políticas, culturales o ideológicas.